lunes, 4 de enero de 2010

Las drogas nunca deben legalizarse

POR SAMUEL SANTANA
La posibilidad de legalización de las drogas no sería más que la manifestación de una incapacidad humana que generaría consecuencias desastrosas para las sociedades.
No hay parámetros reales que se puedan comparar con esto.No estoy de acuerdo con esta posibilidad. Y me duele que esta propuesta provenga de alguien perteneciente a la fe cristiana.Las instituciones sanas y más la de fe nunca deben sugerir una propuesta de esta naturaleza. Esto sería un gran desatino humano y una locura.Dios nunca transige con sus principios.Para la Biblia el pecado es siempre el pecado por más que el hombre se empecine en practicarlo y, hasta, verlo como bueno y válido.Los valores éticos, morales, espirituales y de buena convivencia nunca deben sucumbir aún cuando las prácticas contrarias sean cada vez más fuertes y más común en el seno de las sociedades.Si nos acogemos a la lógica de permitir el mal por su existencia continúa y hasta violenta, entonces habrá que considerar como bueno y válido el adulterio y la fornicación ante el incremento empecinado del sexo fuera del matrimonio.Habría que permitir el aborto por el cada vez más alto porcentaje de niñas saliendo embarazadas.Y que decir de la corrupción, cuyas cifras estadísticas indican que es un mal odioso que aumenta con sus secuelas de deterioro de la condición de vida de los pobres y de los pueblos, especialmente en nuestra América Latina.Hay que luchar siempre por el respeto a la vida de cada ser humano aún cuando existan padres irresponsables en el mundo.Se debe, de igual modo, abogar toda la vida porque se mantenga el matrimonio entre un hombre y una mujer aún cuando la homosexualidad y el lesbianismo ganen cada vez más terreno.En los gobiernos y entre los partidos políticos la práctica de la corrupción crece, pero esto no debe nunca llevar a que desaparezcan de nuestros códigos las leyes que condenan y combaten este mal.Lo malo nunca debe ser reconocido por más que trate de imponerse a fuerza de práctica e, incluso, del uso de la violencia. Todo lo contrario, debe siempre ser resistido y combatido enérgicamente. Y eso es lo que ha faltado en el combate contra este flagelo.Los Gobiernos, las autoridades y la justicia lo que deben es coordinar acciones y actuar con integridad en la lucha contra las drogas. El problema en sí no es el poder del narco, sino las debilidades internas dentro de las estructuras de combate. Eso es lo que hay que corregir y fortalecer.
FAVOR CONTESTAR LA ENCUESTA QUE ESTA AL INICIO DE ESTA PAGINA.

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