del trabajo de vuestro amor y de vuestra constancia en la esperanza en
nuestro Señor Jesucristo”.1 Tesalonicenses 1.3
Se acordaban de la obra de su fe, es decir, de los resultados concretos que producían la fe de ellos.
Se acordaban del trabajo de su amor, es decir, de lo que llevaban adelante gracias al amor que tenían.
Se acordaban de la constancia de su esperanza, es decir, de como perseveraban en esa esperanza que tenían.
Un creyente se debe mover entre los parámetros de lo imposible y lo posible y, dentro de esa banda, situarse entre lo ideal y lo factible.
Lo ideal es eso que sería lo mejor para nosotros y para aquello que queremos lograr.
Lo factible es aquello que se puede realizar pero que no aporta una diferencia sustancial a nuestra vida ni en aquello que nos proponemos.
Frente a aquellas cosas que queremos alcanzar en lo personal, familiar, económico, profesional y ministerial debemos concentrarnos primeramente en lo ideal.
Se acordaban del trabajo de su amor, es decir, de lo que llevaban adelante gracias al amor que tenían.
Se acordaban de la constancia de su esperanza, es decir, de como perseveraban en esa esperanza que tenían.
Un creyente se debe mover entre los parámetros de lo imposible y lo posible y, dentro de esa banda, situarse entre lo ideal y lo factible.
Lo ideal es eso que sería lo mejor para nosotros y para aquello que queremos lograr.
Lo factible es aquello que se puede realizar pero que no aporta una diferencia sustancial a nuestra vida ni en aquello que nos proponemos.
Frente a aquellas cosas que queremos alcanzar en lo personal, familiar, económico, profesional y ministerial debemos concentrarnos primeramente en lo ideal.
Para esto es necesario sacar una foto en nuestra mente para tener una imagen bien clara de lo ideal que queremos alcanzar.
Acto seguido, necesitamos trazar un mapa mental para ver de qué forma podemos plasmar esa foto en la realidad.
No te olvides, a la hora de encarar algo, de empezar por lo ideal y aplicar todas las herramientas espirituales en función de esto.
Que tu fe se traduzca en obras, que tu amor se traduzca en trabajo, y que tu esperanza se traduzca en constancia.
De esta forma no solo crecerás espiritualmente sino también podrás desarrollarte integralmente en todas las áreas de tu vida.
Si en alguna ocasión tenés que comenzar por lo factible, hacelo, pero siempre teniendo en mente el ideal para, de esta forma, empezar, pero sin renunciar a lo mejor para tu vida.
Yo bendigo tu vida para que, con la guía de Dios, puedas visualizar lo que Él quiere para vos y trabajar en la concreción de su realización.
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