Escrito por: TROI ORLANDO ESPEJO ( t.espejo@hoy.com.do)
La capacidad de asombro parece haberse perdido en torno a lo que se observa por los medios de comunicación del país. Sin embargo surgen excepciones esperanzadoras como el caso del comunicador Miguel Susana, quien pone el dedo en la llaga ante lo que es costumbre cotidiana:
“Existe una mala interpretación de la libertad de expresión. Pues la misma no nos llama a ser vulgares u ofensivos”, dijo Susana al ser cuestionado sobre la situación de que bajo el manto de la “libertad de expresión”, cualquiera emite improperios sobre otra persona o dice palabras impublicables, sin tener el menor respeto al receptor. Leer más
La capacidad de asombro parece haberse perdido en torno a lo que se observa por los medios de comunicación del país. Sin embargo surgen excepciones esperanzadoras como el caso del comunicador Miguel Susana, quien pone el dedo en la llaga ante lo que es costumbre cotidiana:
“Existe una mala interpretación de la libertad de expresión. Pues la misma no nos llama a ser vulgares u ofensivos”, dijo Susana al ser cuestionado sobre la situación de que bajo el manto de la “libertad de expresión”, cualquiera emite improperios sobre otra persona o dice palabras impublicables, sin tener el menor respeto al receptor. Leer más
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